Redacción
“Fueron intensas jornadas de combate contra el fuego en los campos de la región, lo que al momento de los resúmenes de la temporada, marcan lo difícil de esta cosecha ya que fue necesario combinar la labor productiva con el trabajo de contención de los incendios que mantuvo en los meses de verano a varias comunas con alerta roja, obligando a los agricultores a tomar todos los resguardos necesarios”.
Así lo manifestó el secretario ejecutivo de la Sociedad de Fomento Agrícola, SOFO, Andreas Köbrich, quien explicó que la concentración debía ser tal, que tanto los agricultores como el equipo de apoyo —operadores de cosechadoras, prestadores de servicios y choferes— tuvieron que concentrarse en esta materia y agregó que “por eso creo que fue una temporada en la que no se podía pestañar”.
Asimismo, precisó que sumado a lo anterior, y así como en otras temporadas, los agricultores de la zona volvieron a ser objeto de extorsiones, delito que también afecta al normal desarrollo de la temporada, pese a ello, el ejecutivo de SOFO sostuvo que las cosechas fueron bastante rápidas.
“Las condiciones meteorológicas permitieron extender las jornadas de trabajo en algunas ocasiones hasta la medianoche, logrando que estas faenas quedaran terminadas en el mes de febrero”.
En cuanto a lo que se esperaba de la producción agrícola y los rendimientos, “fueron más bien regulares”, dijo Andreas Köbrich, añadiendo que “tal como se había pronosticado oportunamente, la menor fertilización producto del alto precio de los insumos, tuvo su efecto en la calidad. En tanto, los rendimientos fueron regulares, por lo antes señalado, sumado a una deficiente ocurrencia de lluvias”.
La cosecha sorprendió a los agricultores con mercados internacionales con precios a la baja al igual que el dólar, habiendo sembrado con insumos muy caros y dólar al alza. De esta forma, lograr rentabilidad y tener flujos para una nueva temporada han sido el mayor desafío.
“Pese a todo en esta temporada se volvió a comprobar que el trigo sigue siendo el producto estrella de los campos de la región —señaló Köbrich— sino que sigue siendo muy importante en la dieta de los chilenos ante el alto consumo de pan”.
Hectáreas de cultivo quemadas
También en el resumen de temporada, se consideró las estimaciones que tiene SOFO en cuanto a la superficie agrícola dañada por efecto de los incendios intencionales. Al respecto el dirigente informó que por lo menos 1.000 hectáreas se vieron afectadas.
“Las estimaciones —manifestó— que hemos realizado en conjunto con la Asociación de Agricultores de Malleco y los propios agricultores afectados, se estimó en alrededor de 1.000 hectáreas de cultivo en pie las que se perdieron. En un escenario de 220 o 250.000 hectáreas de siembra, la cifra siniestrada parece poco relevante, no obstante, es un dato bastante duro y donde hay que poner mucha atención, porque esas 1.000 hectáreas no son sólo una pérdida pecuniaria para quien sembró y no pudo cosechar, sino que finalmente es un producto que no va a llegar a la mesa de los consumidores”.
El secretario ejecutivo de SOFO aprovechó la oportunidad para agradecer el trabajo desplegado por brigadistas de la Conaf y de empresas forestales, bomberos, funcionarios de Carabineros y los propios agricultores, que llevaron adelante una labor coordinada para combatir los incendios rurales.