El secretario general de la ONU, António Guterres, mostró este lunes su “preocupación por el uso excesivo de la fuerza para dispersas protestas pacíficas” en Irán, al tiempo que llamó a respetar los derechos de las mujeres iraníes.
En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la Secretaría Farhan Haq dijo además que las autoridades iraníes deben “respetar los derechos de libertad de expresión, reunión pacífica y asociación”, en referencia a unas protestas que se suceden desde hace diez días y que según el Gobierno se han saldado con 41 muertos.
Haq no confirmó de forma independiente esa y otra cifra de muertos o de detenidos, pero pidió a las fuerzas de seguridad iraníes que ejerzan la contención y “no usen la fuerza desproporcionadamente”.
A continuación, señaló que la Policía y las autoridades iraníes deben “respetar los derechos de las mujeres y eliminar toda forma de discriminación contra mujeres y niñas (…) de acuerdo con estándares internacionales”.
Aunque no fue mencionado en la rueda de prensa, la chispa que prendió la llama de las protestas fue la detención el pasado día 13 y posterior muerte en una comisaría de Mahsa Amini, de 22 años, por llevar mal puesto el pañuelo sobre la cabeza, obligatorio en todo espacio público en Irán para toda mujer que haya superado la pubertad.
El pasado jueves, el presidente iraní Ebrahim Raisi, de visita en Nueva York para intervenir en la Asamblea General de la ONU, no pudo esquivar la cuestión de las protestas y dijo en una rueda de prensa que las expresiones de descontento eran algo “normal”, pero no debían ser confundidas con el “vandalismo”.
Las protestas son las más graves que sacuden Irán en los últimos años, y las imágenes de las manifestaciones han dado la vuelta al mundo pese a las restricciones sobre internet impuestas por el Gobierno con el aparente fin precisamente de ocultar la amplitud del descontento.