Neimar Claret Andrade
Tener la ilusión de iniciar un nuevo negocio en beneficio de la familia y de la comunidad es un sueño para muchos, como la familia Rodríguez que, con la idea de emprender en el rubro turístico, adquirieron el Refugio de Montaña Las Mentas ubicado en el kilómetro 72 de la ruta R-49 Collipulli – Pemehue (inmerso en la Reserva de Malleco) en 2020, invirtieron tiempo y dinero en mejorarlo, para que, incluso antes de su puesta en servicio, fuera víctima de un ataque incendiario que redujo a cenizas los aproximadamente 500 metros cuadrados de construcción de madera nativa.
Las pérdidas monetarias: Alrededor de 500 millones de pesos. No había seguros comprometidos.
Carlos Rodríguez, conocido empresario victoriense (su familia tiene más de 100 años en la comuna), cuyo padre, don Alfonso Rodríguez ejerció la odontología toda su vida en la ciudad, expresó que el atentado ocurrió hace exactamente una semana (el pasado martes 6 de diciembre) y que el refugio contaba con 8 habitaciones con baño privado, tenían servicio de lavandería, la recepción, áreas comunes, piscina y todo quedó reducido a cenizas.
“Íbamos a iniciar nuestras actividades —explicó— a contar del mes de enero de 2023; había mucha gente preguntando con ganas de ir a la cordillera, de conocer el sector que es muy bonito, de hacer trekking, de andar el bicicleta, de ir al río, de ir a dar una vuelta a las termas, teníamos harta gente”.
La familia Rodríguez tuvo por muchos años un campo en Victoria, en el que desarrollaban las actividades ganadera, agrícola y forestal pero también fueron víctimas de varios atentados, robo de ganado, secuestro de unos de sus trabajadores, hasta que vendieron el campo a Conadi que se lo entregó a la comunidad que está en el sector.
Solo un cartel
Al ser consultado sobre si habían recibido amenazas previas al atentado, Carlos Rodríguez indicó que en el mes de agosto del año 2021 les colocaron unos carteles que decían que era un terreno en recuperación.
“Esa fue como la única advertencia —acotó— o algo raro, pero ninguna persona habló conmigo, me dijo ‘sabe qué, nosotros estamos interesados en este campo’, no tuvimos nunca una amenaza de esa manera, sino que solamente ingresaron unas personas, pusieron los letreros y se retiraron, nada más, pero si, el año pasado, luego de esos eventos, quemaron las instalaciones de las Termas de Pemehue y a principios de este año, también hubo un atentado quemaron todas las instalaciones de Conaf que estaban en el sector Los Guindos y unas casas patrimoniales preciosas que había ahí, lo quemaron todo. Lo único importante que quedaba en la zona éramos nosotros”.
De igual modo aclaró que “nosotros no somos latifundistas, ni somos forestales, ni nada de eso, somos personas sencillas, comunes y corrientes, gente de trabajo, de esfuerzo, que decidimos incursionar en este rubro del turismo, pero que lamentablemente igual nos tocó a nosotros. Esto se lo adjudicó la CAM”.
“Tomamos la decisión —recalcó— de comprar este campo donde está el hotel con la intención de desarrollar el turismo, porque el turismo es una actividad que no tiene nada que ver con las demandas de la CAM, ni las demandas del pueblo mapuche, ni nada; la gente debe entender que el turismo es una herramienta de paz y no de división, ni de maldad, nosotros quisimos emprender en este tema, pero lamentablemente ad portas de partir, nuestros sueños se vieron truncados por esta situación”.
También se vieron truncadas las esperanzas de muchas personas de la zona que tenían posibilidades de convertirse en empleadas de este emprendimiento turístico que quedó reducido a cenizas.
Apoyo de autoridades
Tras la quema de su proyecto familiar, Carlos Rodríguez dijo que recibió la llamada del delegado presidencial de La Araucanía, José Montalva; de la delegada presidencial provincial de Malleco, Andrea Parra y del diputado Juan Carlos Beltrán, a quienes agradeció el apoyo.
También lo contactó la Oficina de Atención a las Víctimas de la Violencia.
Finalmente, al ser consultado sobre lo que harán ahora, afirmó que lo primero es reponerse de este duro golpe, pues los deja en una situación económica compleja, así que evaluarán cuáles serán los próximos pasos, tal vez limpiar lo que quedó, pero una cosa si es segura: No van a perseverar con el turismo.