Neimar Claret Andrade
Las palabras se quedan cortas al intentar describir los sentimientos de don Patricio Leigh al pensar en la pérdida del trabajo de toda su vida, pues desde 2021 su predio Roblería, ubicado en Victoria, fue usurpado por miembros de la comunidad Temulemu Chico, no sin antes robarle un sinfín de cosas y quemarle su hogar y la casita del cuidador del predio.
Desde ese momento a la actualidad, son incontables las denuncias que ha interpuesto en Carabineros, la Policía de Investigaciones y el Ministerio Público acerca de su situación, pero hasta ahora no ha obtenido una respuesta clara y, por supuesto, el fundo Roblería sigue tomado.
Debido a esto, Leigh envió, recientemente, una dura carta al fiscal adjunto de Victoria, Héctor Leiva, en la que explicó, una vez más su predicamento y hace duros señalamientos por el actuar del Estado chileno en este caso.Según detalló en la misiva, los acontecimientos en Roblería empezaron en mayo de 2021, cuando un grupo armado que se identificó como Temulemu Chico y la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), saltaron el portón de entrada, rompieron las señaléticas de Indap y el Servicio Agrícola y Ganadero, pintaron consignas y amenazaron violentamente a los moradores a quienes les exigieron que se fueran porque quemarían las casas.
Sin embargo, antes de cumplir con su amenaza, perpetraron varios robos en las bodegas, casas, galpones y demás instalaciones como la sustracción de 5.000 fardos, 30 bolos de silo, fertilizantes, electrodomésticos, mobiliario y la cosecha de 15 hectáreas con semillas forrajeras, entre otros delitos como amenazas y tres intentos de homicidio.
Leigh indicó que la última visita que hizo al predio, acompañado de personal de Control Orden Público (COP) de Carabineros fue el pasado 29 de junio, oportunidad en la que verificó que en su campo, personas de la comunidad antes mencionada, mantienen ganado vacuno y ovino y que notó que están explotando las quilas y las maderas.
“Desde el 5 de octubre de 2021 a la fecha —señaló en su carta Patricio Leigh—ya han transcurrido 21 meses con la permanencia de vacunos de propiedad de los usurpadores o de aquellos autorizados por la comunidad Temulemu Chico. Como las praderas han sido talajeadas sin ningún rezago y nula fertilización, desaparecen las especies nutritivas y ocupan su lugar las malezas, de poca producción y bajo poder nutritivo”.
Derechos vulnerados
En la carta dirigida al fiscal Leiva, este agricultor de 82 años manifestó que vive en constante tensión por lo que le está sucediendo, lo que le ha provocado un desgaste emocional que está siendo tratado desde el punto de vista médico y agregó que el Estado de Chile debería garantizarle los derechos que, como ciudadano, le otorga la Constitución Nacional como el de resguardar la seguridad nacional, dar protección a la población, el derecho a la vida, a la libertad personal, a la seguridad individual y a la propiedad, entre otros, los que le han sido vulnerados.
“Las instituciones —detalló en su escrito— por mencionar las principales Fiscalía, la Policía de Investigaciones y Carabineros de Chile con las cuales mantengo contacto permanente, pueden esgrimir diversas justificaciones directas, camufladas u otras. Amenazas a funcionarios, carencia de efectivos, entrenamiento deficiente, material rodante no blindado, instrucciones ambiguas desde los mandos superiores y de los ministerios involucrados. Es posible que existan instrucciones en determinada dirección, a la mínima acción, etc. Como sufro las consecuencias no las justifico en absoluto. Las instituciones tienen deberes ineludibles, establecidos en la Constitución de la República de Chile y actúan a través de personas que realizan trabajos remunerados fijados en sus respectivos contratos”.
Finalmente Patricio Leigh se preguntó “¿podría yo reemplazar a los deberes del Estado y a las personas que a él sirven? La respuesta sensata es no. Al tener 82 años de edad no puedo esperar eternamente” y acotó que confía en Dios y que espera que el Estado cumpla con sus deberes para poder regresar a la tierra que lo ha alimentado y cobijado la mayor parte de su vida.
Patricio Leigh de 82 años de edad, ahora vive en la ciudad de Victoria, pero no pierde las esperanzas de regresar a su fundo.