Neimar Claret Andrade
Tristemente, una vez más se confirma la veracidad de aquel refrán que reza “el que se mete a redentor muere crucificado”, pues en horas de la tarde del pasado sábado 14 de enero, se escenificaba una riña entre dos hombre en el pasaje Los Prados de la población Juan Bautista Mozo, cuando un hombre de 74 años intentó separar a los “boxeadores” y fue el blanco, no calculado, de la furia de los que reñían. O eso se creyó en un primer momento.
Y es que Humberto Lillo Varela al ver lo que ocurría, intentó evitar que los individuos continuaran peleando, pero durante la maniobra y según las primeras indagaciones, se resbaló, cayó al piso y se golpeó la cabeza. De inmediato fue trasladado al Hospital San José de Victoria, en donde pese a los esfuerzos de los médicos, no logró sobrevivir al trance.
El capitán Eduardo Gallardo Riquelme, comisario (s) de la 5° Comisaría de Carabineros en Curacautín explicó que los sujetos que peleaban fueron arrestados y pasados a control de detención por las lesiones que se causaron entre ellos, pero luego “a raíz de antecedentes entregados por familiares y más testigos que estaban allí y que se acercaron a esta unidad, se procedió a determinar que efectivamente había intervención de terceras personas en este suceso donde falleció don Humberto Lillo Varela”.
De igual modo dijo que de lo anterior se dio cuenta al Ministerio Público, se hicieron las indagaciones respectivas y se logró identificar a un tercero responsable del homicidio de Lillo Varela, contra quien se emitió una orden verbal de detención que habría sido ejecutada durante la jornada de este lunes 16 de enero.