Hoy, setenta años después del primer proceso electoral que contó con votación femenina, la lucha continua para garantizar la participación política.
Las fechas que conmemoran triunfos en la igualdad política y jurídica de las mujeres comienzan en 1926 cuando el Senado aprobó el voto femenino para las elecciones municipales, mientras que en 1949, bajo el gobierno de Gabriel González Videla, se promulga la ley que permitió el sufragio femenino para elecciones parlamentarias y presidenciales.
Sin embargo, no es sino hasta el 4 de septiembre de 1952 que las mujeres logran ejercer el derecho pleno a la ciudadanía y sufragio universal, cuando pudieron participar por primera vez en una elección presidencial. Un triunfo liderado por el Movimiento por la Emancipación Femenina de las Mujeres en Chile (MEMCH), organización feminista e intelectual ligada a la izquierda de la primera mitad del siglo XX.
La igualdad política de las mujeres es una consigna que se mantiene en pie, setenta años después del primer sufragio femenino. Chile presenta una de las tasas más bajas de participación femenina en política. Solo 15 % del Parlamento está compuesto por mujeres, una cifra que no representa a América Latina con una media por encima de 20 %.
Las mujeres en Chile llevan largos años cimentando su camino de participación política. Una lucha que ha obtenido el reconocimiento de derechos civiles fundamentales, como el voto, que desarrolla influyentes liderazgos locales y que las ha llevado a disputar escaños parlamentarios, municipales y presidenciales. Empero, la mujer aún no logra conquistar la plena participación en el espacio público; un espacio tradicional y contemporáneamente liderado por el mundo masculino.