Jesús Leonardo Núñez
La tesis que sostiene que el Gobierno central olvidó y es indiferente con La Araucanía, parece ponerse de manifiesto con el reciente acuerdo logrado entre Gendarmería y los presos mapuche, ya que según la diputada Gloria Naveillán, éste se logró presionando y no por méritos legales.
La noche del miércoles 17 de agosto, y luego de 28 días de huelga de hambre de 19 reos de etnia ancestral, Gendarmería aceptó trasladar a tres de ellos al CET de Angol y a otra serie de medidas que resultan fuera de lugar para la parlamentaria, lo que a su vez deja en posición ventajosa a esos grupos radicales cuando deseen hacer nuevas negociaciones y por peticiones más relevantes y extremas.
La situación, para la representante del Distrito 22, es inaceptable y es un nuevo signo de debilidad del actual gobierno de Gabriel Boric. “Amenazas al alcaide, dirigentes de Temucucui paseándose dentro del centro penitenciario, una turba de gente gritando y amenazando con palos hasta que a las 12 y media logran un acuerdo de trasladar a los tres reos al CET. A esto hay que sumarle que los menores de 14 años no tendrán que ser enrolados para entrar a visitar en la cárcel y que los que permanecen en el CDA pueden ir dos veces al año al CET a jugar palín”.
Ante el escenario descrito, Naveillán se pregunta “¿qué significa todo esto? Yo entiendo que el Gobierno pueda tener temor de que pase algo malo a quien hace una huelga de hambre pero, ¿qué señal estamos dando?, ¿qué dicen los gendarmes de Angol que están a merced de esta gente?”
Por otro lado, fue severa al cuestionar la negociación intracarcelaria a la que describe como poco equilibrada debido a que los beneficios a los internos serán desiguales, en discriminación con otros que no son de origen mapuche y que obviamente, no tiendrán el mismo trato preferente.