Los juegos de azar y apuestas en Chile están reguladas por la Superintendencia de Casino de Juegos. Es, ni más ni menos, que un organismo autónomo dotado de personalidad jurídica, sustento a la Ley N° 19.995. Aunque hay una pequeña remarca, la SCJ solo controla los establecimientos presenciales y de ningún modo las apuestas en línea.
El auge de los casinos online dio un empujón a las autoridades chilenas para que estas elaboren un marco normativo legal aplicable a todos los operadores que ofrezcan juegos y apuestas en línea en el país. La urgencia en la aprobación de esta ley se debe a dos razones fundamentales:
- resguardar la fe pública, protegiendo a los participantes contra el fraude y evitar el juego de menores;
- contribución a la recaudación fiscal.
Es una excelente iniciativa, porque muchos casinos internacionales están dispuestos a operar legalmente en el país, puesto que hoy en día ya ofrecen métodos de pago nacionales. Además, encontramos no un casino online con Cuenta RUT, sino que varios sitios licenciados dispuestos a adaptarse a las regulaciones locales, lo que aumenta la competencia y beneficia a los usuarios.
¿Qué beneficios y desventajas enfrentarán los jugadores con la aprobación de la nueva Ley?
El primer beneficio y el más importante es la seguridad y el pago garantizado de las ganancias. Claro, los casinos internacionales ofrecen medidas de seguridad más que decentes, pero en caso de fraude, sería más fácil reclamar a las autoridades nacionales que a las de Curazao. Por lo tanto, la ley beneficiará a los apostantes.
Otro beneficio que cabe mencionar es la autoexclusión. No es ningún secreto que los juegos de azar son adictivos y muchas personas no pueden lidiar con el problema por sí solas. Por lo tanto, la nueva ley obliga a los sitios de apuestas en línea a promover el juego responsable y a incluir la opción de autoexclusión.
La ley puede afectar a las promociones. No podemos constatar que así será, pero probablemente las promociones de los juegos de azar serán restringidas u/o prohibidas. Actualmente, nadie detalló sobre el caso, como resultado, no debemos preocuparnos por adelantado. Sin embargo, podemos tomar como referencia el caso de España, donde el Real Decreto 958/2020 emitido por la Dirección General de Ordenación de Juego prohíbe completamente los bonos de bienvenida.
Otro inconveniente radica en la obligación de pagar un impuesto del 15% sobre las ganancias netas (premios obtenidos menos apuestas realizadas). Se pagará a la hora de realizar la retirada de las ganancias del casino.
¿Qué espera a los operadores?
Los operadores con licencias internacionales, como MGA, Curazao, DGOJ, que desean continuar operando en el mercado chileno, deben someterse a un procedimiento administrativo similar al que siguen los operadores de juegos presenciales regulados por la Ley N°19.995. En este procedimiento se incluye:
- pago del impuesto específico del 20% sobre los ingresos brutos, que sustituye al IVA;
- pago de impuestos anuales: 1000 UTM por licencia general, 100 UTM por licencia especial;
- aporte a Las Federaciones Deportivas de un 2% anual;
La otorgación de licencia, el control y la regulación, recaerán sobre la Superintendencia de Casinos de Juego, que se convertirá en Superintendencia de Casinos, Apuestas y Juegos de Azar.
Persecución penal por juego ilegal
Hoy en día encontramos más de 900 plataformas de azar que operan de forma ilegal en Chile. El proyecto que está a punto de aprobarse presenta herramientas para combatir de manera eficaz con el juego ilegal, inexistentes hasta ahora. Las medidas que serán tomadas:
- Se prohibirá la promoción y la publicidad de las plataformas no autorizadas en los medios de comunicación.
- Se controlarán totalmente los medios de pago. Es decir, las transferencias a nivel nacional o transfronterizas que se realizarán a los casinos no autorizados por el gobierno de Chile serán bloqueadas.
- Las entidades que operan en Chile sin debidos permisos no podrán abrirse cuentas bancarias en el país o estas serán bloqueadas.
- Los casinos no autorizados serán bloqueados por proveedores de Internet, además la descarga de sus apps estará totalmente prohibida.
- Se prevén reglas que regulen el intercambio de información entre las autoridades.
Así mismo, en la futura ley se detallan las conductas que serán penalizadas:
- Explotación y facilitación de acceso a juegos de azar en línea sin la debida autorización legal.
- Promoción o participación en la publicidad de una plataforma sin licencia chilena: Incluye la promoción o el respaldo de plataformas de juego ilegales.
- Creación de cuentas de usuario utilizando información incorrecta o engañosa, o acceso sin autorización a cuentas de otros usuarios.
- Uso indebido de cuentas de usuario, ya sea utilizando las de otras personas o permitiendo que terceros utilicen la propia.
- Alteración o/y modificación de los resultados de los juegos de azar de manera fraudulenta.
- Obstrucción de la fiscalización mediante la entrega de una información falsa: Proporcionar información incorrecta o engañosa para evitar ser detectado por las autoridades encargadas de la fiscalización y el cumplimiento de las leyes relacionadas con los juegos de azar en línea.
Importancia de la ley a nivel nacional
Estamos en espera de la publicación de la ley y su entrada en vigor. Para que os hagáis una idea, según los informes de la SCJ, los casinos autorizados han hecho un aporte tributario de 195 724 000 millones de dólares en el año 2023, ¿cuánto podría haber recibido el Estado de los casinos online si estos operasen de forma legal?
Los impuestos recaudados van a diversos sectores que principalmente están dirigidos a cuidar de las necesidades de la población:
- La educación;
- Salud;
- Desarrollo de la infraestructura;
- Avances en la modernización;
- Empleo;
- Cultura;
- Descentralización, entre toros.
En conclusión, la promulgación de esta ley conlleva beneficios no solo para el Estado chileno, sino también para todos sus ciudadanos. En este sentido, resulta más ventajoso que los impuestos generados por la actividad de los casinos en línea se queden dentro del país, en lugar de ser distribuidos en el extranjero.

