Andrea Jaque
Este reconocimiento no sólo preservaría un espacio cargado de historia y memoria, sino que también consagraría el esfuerzo colectivo de una comunidad que, durante años, ha trabajado incansablemente por recuperar su patrimonio.
La estación, que alguna vez fue el epicentro del desarrollo local, donde llegaban trenes cargados de cereales, maderas, frutas y hasta circos ambulantes, ha sido el escenario de una movilización ciudadana sin precedentes. Con el impulso de la Corporación Intercultural Selva Oscura, nacida precisamente de este proceso de recuperación, vecinos, autoridades, estudiantes y organizaciones se han unido para devolverle vida al lugar.
Una de las iniciativas más emblemáticas fue el “Museo por un día”, donde la comunidad llevó objetos antiguos, se montaron exposiciones, sala de cine y conversación, e incluso un tren a escala. Esta actividad, junto a otras como ferias, talleres, documentales y la participación activa de comunidades mapuches, ha tejido una red de memoria viva que conecta generaciones y saberes.
Paulina Castillo, encargada de la Delegación Municipal de Selva Oscura, recuerda con emoción la “Carrera del Patrimonio”, donde 200 alumnos de la escuela local abrazaron simbólicamente la estación. “Los niños también tenían ganas de estar ahí”, comenta, reflejando el profundo vínculo emocional que une a la comunidad con este espacio.
Entre el 27 y el 29 de octubre, 40 estudiantes de Arquitectura de las universidades Católica de Temuco y Autónoma de Chile se integraron al proyecto, gracias a la gestión de Cristian Rodríguez, encargado de OTR Araucanía del Consejo de Monumentos Regionales y figura clave en el proceso de declaratoria.

Durante esos días, realizaron labores de hermoseamiento que incluyeron la aplicación de gravilla, pintura y reparación de techos. Empresas locales colaboraron con la entrega de materiales, bomberos se encargaron de la limpieza del lugar y vecinos contribuyeron con sus herramientas. La estación volvió a latir, convertida en un símbolo de unidad y esperanza.
El respaldo ciudadano ha sido contundente: más de mil firmas fueron reunidas para solicitar la declaratoria de Monumento Nacional. El próximo 12 de noviembre, una delegación compuesta por representantes del municipio, la Corporación Intercultural, la Junta de Vecinos y el Consejo de Monumentos Regionales viajará a Santiago para participar en la sesión que podría marcar un antes y un después para Selva Oscura.
Manuel González, presidente de la Junta de Vecinos, rememora con nostalgia los días en que el silbato del tren anunciaba movimiento, trabajo y encuentro. “Era la atracción del día”, dice. Hoy, ese mismo silbato parece resonar en el alma de una comunidad que se niega a olvidar y que ha decidido construir futuro desde la memoria.
De concretarse la declaratoria, la estación de Selva Oscura se convertiría en el primer Monumento Nacional de la comuna de Victoria. Más que un título, sería el reconocimiento a una forma virtuosa de hacer comunidad, donde la voluntad, el trabajo colaborativo y el amor por la historia se transforman en legado.
Selva Oscura no sólo recupera una estación. Recupera su voz, su identidad y su lugar en la historia.

