“Sentimos que se nos va una persona muy importante, significativa en nuestra vida, que muchas veces cuando, caminamos habitualmente, no lo valoramos, no lo reconocemos, porque lo tenemos, y cuando ya sentimos que, ese ser querido no está, y bueno, uno empieza a valorar y agradecer y a darse cuenta de que, lo que uno es, en cierta medida, es también, gracias a esa persona, que es el esposo, el papá, el abuelito , como es en este caso”.
Las líneas fueron parte de la homilía dicha por el padre René Francisco Riquelme Fuentes en la misa de funeral del destacado profesor Alberto Patricio Gatica Pérez, realizada el jueves 21 del presente mes, a las 11:00 horas en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, ante la presencia de familiares, colegas y gran cantidad de público, que hizo estrechas las tres naves del templo y que deseaban, de ese modo, exteriorizar su sentir, ante el alejamiento del maestro que dejó de existir a la edad de 71 años, víctima de cáncer.
Encuentro
“Pero no todo está dicho, no todo está concluido porque, los que hemos recibido, no solamente la vida sino que también el don de la fe, tenemos una esperanza, y la esperanza es que nos vamos a volver a encontrar en la Patria del Cielo, que es eterna y que se ganó don Alberto con mucho sacrificio, con mucho profesionalismo, su vida; trabajando hasta el final”, precisó el religioso, el gran aporte realizado por el maestro al mundo de la Educación, ocasiones en las cuales le tocó participar en licenciaturas de los internos del Centro de Cumplimiento Penitenciario de Victoria, pero también, lo valeroso de su lucha de casi dos meses contra el cáncer “donde la señora Carmen, siempre me pedía oraciones por él, y cómo dio la lucha ¿no?, la pelea, junto a sus seres queridos, y a todos los que, de alguna manera, también solidarizábamos”. Emocionó en el transcurso de la Sagrada Eucaristía, la participación de su familia al igual que de su nieta, quien interpretó una canción dedicada al “tata”; o de su hija, cuando señaló, entre otros conceptos: ”Siento que me falta la vida para agradecerte, todo lo que me enseñaste, me siento tan orgullosa de ser tu hija, y todo lo que soy, gracias a ti… me enseñaste a amar, a formar una familia maravillosa, a apoyar a mis hermanos y amigos, a ser una buena madre, ¡hombres como tú son un tesoro que Dios tiene a su lado!, sé que me ayudarás por siempre, ¡Te amaré por siempre!”.
Con “fotogoles”
Su hijo Luiggi Gatica Landeros, despidió al progenitor remarcando los tiempos más característicos de su vida, narrando su pasado deportivo y dejando escuchar momentos de sus incursiones en el fútbol con grabaciones de tantos convertidos por él, en encuentros disputados en esta ciudad, como en localidades vecinas. Finalmente, los restos del recordado maestro, ante la presencia de sus colegas que portaban los símbolos de la ENREV y del numeroso público que asistió a las exequias, fueron cremados y llevados a la zona de Concepción, donde residió originalmente la familia.