Neimar Claret Andrade
Fotos: Juan Osorio Lovys
Luego de que los años de pandemia los mantuvieron alejados de las tumbas de sus seres queridos, este 1 de noviembre, los angolinos plenaron tanto el Cementerio Municipal como el Cementerio Católico, aunque en este último fue en el que se vio la mayoría de la gente.
En un recorrido por los alrededores de los camposantos de la capital provincial, Las Noticias de Malleco pudo constatar que, tal y como es tradicional en esta fecha, al lugar, además de los deudos de los difuntos, llegaron comerciantes de diversa índole para ofrecer a los visitantes flores, ropa, mote con huesillo, anticuchos, artesanías, adornos navideños, enseres de cocina, bebidas, frutas, dulces, verduras, accesorios y un largo etcétera de productos, en busca de un poco más de dinero para paliar sus necesidades.
Incluso hubo quienes improvisaron una cocinería para ofrecer sus cazuela de cerdo, de vacuno y otros platillos a quienes fueron a visitar a los que ya no los acompañan físicamente, como don Washington Concha Sepúlveda, quien fue a ver la tumba de sus abuelos, sus padres y su hijo, aunque lo hace constantemente.
Los comerciantes, que se desplegaron a lo largo de cuatro cuadras, reportaron ventas aceptables, sobre todo de flores, mientras que se escuchaban los gritos de los demás vendedores ofreciendo su mercadería que competían con la música que había en algunos de los puestos ambulantes.