Neimar Claret Andrade
17 años de presidio. Esa fue la pena que el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Angol le impuso a Juan Carlos Espinoza Guzmán, luego de que la Fiscalía encabezada por Cristian Gacitúa, presentara una carga probatoria con la que demostró, más allá de toda duda razonable, que el sujeto es culpable del delito de femicidio frustrado perpetrado durante la Navidad del año 2020.
Según explicó el persecutor Espinoza, en la fecha antes señalada y mientras cumplía condena por matar a otra ex pareja, se presentó, el pasado 25 de diciembre de 2020 en el hogar de su víctima, identificada con las iniciales L.H.I, llevando entre sus vestimentas un cuchillo con el que le propinó más de 20 puñaladas en el tórax, rostro y cuello, frente a su hija y su madre, luego de haberle preguntado por lo que había hecho el día anterior, jornada que la mujer había pasado junto a su familia y al padre de su hija.
Asimismo señaló que las múltiples heridas le habrían causado la muerte a L.H.I de no ser por los primeros auxilios que recibió de parte de una vecina que era voluntaria de bomberos y la atención médica posterior y agregó que, aunque las heridas sanaron con el tiempo, dejaron secuelas severas como un trastorno de la deglución, especialmente para líquidos, además de cicatrices faciales que requerirán de tratamiento cosmético para su atenuación.
De igual forma el fiscal Gacitúa explicó que, en este caso, el tribunal angolino condenó al acusado por el delito de femicidio frustrado, pese a que a no había matrimonio ni relación de convivencia, gracias a las modificaciones que introdujo, hace un par de años en el Código Penal, la denominada Ley Gabriela.
“Se acogió —detalló— la circunstancia agravante de haber cometido estos hechos el acusado en presencia de la hija de la víctima y la madre de ella, de ascendientes y descendientes y además, se acogió otra circunstancia agravante, que es la de haber cometido el delito mientras cumplía una condena, toda vez que este sujeto estaba, al momento de cometer este femicidio frustrado, gozando de la libertad condicional, precisamente por una condena que se le había impuesto de 16 años, en Santiago, el año 2007, por un delito de homicidio calificado, en perjuicio también de una ex pareja que tenía en esa época”.