Neimar Claret Andrade
El Tribunal Oral en lo Penal de Angol ya inició el juicio en contra de los 9 acusados, en su mayoría integrantes del clan Ancalaf, por implicados en el caso de doble secuestro registrado en la comuna de Collipulli en el mes de junio de 2021.
El proceso, cuyas audiencias serán presenciales, se calcula que se extenderá, por lo menos, hasta el 5 de agosto y en él actuarán como representantes del Ministerio Público, los fiscales de Alta Complejidad Enrique Vásquez y Felipe González.
El fiscal Vásquez explicó que con la apertura del juicio oral se inicia la etapa final de lo que calificó como un largo proceso que empezó el pasado 2 de junio del año 2021 y durante el que han investigado los dos secuestros calificados.
“El día 2 de junio (de 2021) —indicó el persecutor— este grupo de sujetos decide secuestrar a una primera víctima con el afán de encontrar armas y drogas que les habían sido sustraídas desde el interior de la comunidad Choin Lafkenche en la comuna de Collipulli. Es así como secuestran a la primera víctima a quien trasladan hasta esta comunidad, lo someten a varios castigos, entre ellos golpes con armas de fuego, golpes con hacha, puñaladas, baldes con agua fría, todo con el afán de que entregara el paradero de estas armas”.
En ese sentido detalló al ver que no obtenían la información que ansiaban “deciden mantenerlo secuestrado en un sector rural de la misma comuna de Collipulli, donde mantienen estos malos tratos físicos, donde lo siguen agrediendo, lo sumergen en el agua del río que pasaba al costado del lugar donde decidieron instalar una choza y ahí permanecieron junto a él desde el 2 de junio hasta el 8 de junio, fecha en la que deciden secuestrar a una segunda víctima a la cual capturan en esta época y la trasladan al mismo lugar”.
El fiscal Vásquez relató que la segunda víctima “es sometido a las mismas agresiones físicas que antes he señalado hasta el día 12 de junio, donde la primera de las personas secuestradas logra huir de sus captores y es por este motivo, según hemos logrado recopilar evidencia, que los imputados deciden dar muerte a la segunda persona secuestrada”.
Asimismo indicó que las acciones perpetradas por los acusados constituyen los ilícitos de secuestro calificado por las graves lesiones sufridas por la primera de las víctimas y además el delito de secuestro calificado por el homicidio de la víctima que fuera ultimada por los captores, además de los delitos de porte ilegal de armas de fuego y tráfico de drogas en pequeñas cantidades, que se le están imputando a algunos de los acusados.
“Respecto a los nueve imputados —acotó el fiscal Vásquez— ha sido solicitada la pena de presidio perpetuo calificado, además de penas que superan los 20 años por el segundo de los secuestros”.
Las pruebas
Con respecto a las pruebas que presentará el Ministerio Público para lograr las condenas, el Fiscal de Alta Complejidad detalló que “las pruebas que hemos ofrecido y de las que nos valdremos ante este tribunal constan de alrededor de 50 testigos, 24 peritos que realizaron diligencias en los distintos lugares, tanto en el de cautiverio como en el lugar de incineración donde los imputados se deshicieron de los restos de la víctima, así como los domicilios de los imputados, los vehículos que fueron incautados en su oportunidad y todo esto acompañado por prueba documental y material que fue recopilada a lo largo de la investigación”.
Finalmente el persecutor recalcó que “hay que tener en consideración que el delito de secuestro es un delito especialmente grave que afecta no sólo la libertad individual y la seguridad de las víctimas, sino que también amenaza la vida de las mismas, así que lo que se hizo en el alegato de apertura fue explicar al tribunal que la víctima estuvo privada de su libertad por más de 14.400 minutos y cada minuto que pasaba su vida estaba en peligro y además, durante todo este período de tiempo fue sometida a diversas acciones brutales por parte de los imputados, que en algunos casos están asociadas a delitos sexuales y que, incluso, podría perfectamente ser calificado como acto sádico”.
