“Hasta los años 50 se describía para Villa Las Araucarias (y alrededores), una superficie aproximada de 1.000 hectáreas con araucarias y a la fecha, sólo quedan 40 hectáreas con alguna presencia de este árbol”, con este dato el académico y director del departamento de Ciencias Agronómicas y Recursos Naturales de la UFRO, Rubén Carrillo, clarifica cómo ha mermado la presencia de esta especie milenaria tanto en la cordillera de la costa como en otras zonas cordilleranas.
La razón de la disminución de bosques de araucarias es objeto de permanente estudio. No obstante, la Universidad de La Frontera ha querido a la par, liderar diversas acciones para llegar a la comunidad poniendo en valor la especie y remeciendo conciencias también en las nuevas generaciones. Por ello, el Departamento de Ciencias Agronómicas y Recursos Naturales de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Medioambiente (FCAM), junto a la agrupación estudiantil (UFRO) “En Terreno”, llevaron a cabo una jornada de reforestación y recuperación en el Bien Nacional Protegido (BNP) “Las Araucarias”, lugar de 11,41 hectáreas ubicado en la Cordillera de la Costa de Carahue y que es administrado por la Universidad de La Frontera a través de la Facultad de Ciencias Agropecuarias (FCAM) para su conservación y desarrollo sustentable.
La iniciativa fue abierta a estudiantes de toda la universidad y comunidad en general y contempló la reforestación de 700 araucarias de 3 años de edad, cuyas semillas fueron generadas por una planta madre ubicada en el mismo Bien Nacional Protegido, de ahí -explica el académico Rubén Carrillo- quien encabezó la reforestación, cerca de 400 nuevas especies fueron plantadas al interior del Bien Nacional protegido y otras 300 dispersadas en sectores y predios aledaños para recuperar su presencia fortaleciendo así acciones de divulgación (con entrega de folletería) y vinculación con el medio.
Bien nacional protegido
Según detalló el académico Rubén Carrillo, para avanzar en la protección de una especie milenaria emblemática para Chile y en especial para esta región, se impulsó esta iniciativa junto a una agrupación de estudiantes de la universidad y se sumaron no sólo académicos y profesionales del área, también participaron representantes del Club de Leones Temuco Antumalal, estudiantes de enseñanza básica del colegio San Juan sector Santa Rosa y representantes de la comunidad de Villa Las Araucarias, todos enfocados en la necesidad de mantener a una especie milenaria, considerada vulnerable en nuestro país y declarada en peligro de extinción desde el 2018 por el Ministerio del Medioambiente, para poblaciones de Araucarias ubicadas en la Cordillera de Nahuelbuta.
Según Carrillo, la araucaria en su área de distribución original ha sido diezmada principalmente por acción antrópica y explicó que como universidad a cargo de un área de protección y conservación de araucarias y otras especies, se ha diseñado un programa de restauración permanente, a mediano y largo plazo, que incluye un área de exclusión al interior del Bien Nacional Protegido “Las Araucarias” y acciones de recuperación en sus alrededores incluyendo Villa Las Araucarias, donde existen remanentes de esta especie, lo que hace evidente la constante vinculación con la comunidad para trabajar con personas interesadas en conservar la milenaria especie”, destacó el académico.
“Los procesos de extinción se han acentuado este último tiempo directa o indirectamente por la acción del hombre. También incide el cambio climático, ya que producto de la utilización de combustibles fósiles, se han prolongado en exceso las sequías en el periodo estival propiciando que los ecosistemas vegetales no tengan la suficiente agua para incorporar”, señala el director del Departamento de Ciencias Agronómicas y Recursos Naturales de la UFRO.
Investigación
La investigación ha sido clave para entender la problemática de su disminución, y si bien las variables que causan afectación son muchas no hay conclusiones acabadas respecto al tema. Se considera, por ejemplo, que la Araucaria es una especie dioica, es decir existe un macho y hembra, sus sexos están separados, por lo tanto, el proceso de reproducción es más complejo y según detalla el académico de Rubén Carrillo de la UFRO, tienen que pasar cerca de 25 a 40 años para que la araucaria recién genere estructuras reproductoras, es decir; conos masculinos (generan polen) o conos femeninos (semillas).
En el Bien Nacional Protegido que lleva su nombre, hoy existen 15 Araucarias adultas, además de 400 más en un área o zona de exclusión, que es parte de la zona administrada por la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Medioambiente de la UFRO, lugar donde hace 5 años se plantaron dichas especies (400) de 1, 3 y 5 años indicadas con un tutor y número correspondiente para llevar registro de datos asociados a la planta y así efectuar seguimiento con metodología científica para su conservación. Ello independiente de las 700 araucarias reforestadas en la última acción de recuperación.
Remover conciencias no es tarea fácil a la hora buscar aliados en la protección de una especie, sin embargo, otras investigaciones también dan cuenta el impacto en la disminución de la población de araucarias en la novena región, donde otro académico de la Universidad de la Frontera, Marcelo Reyes, asociado al departamento de Ciencias Forestales, aportó conocimientos señalando que desde el año 2016 comenzó una mesa de trabajo sobre la Araucaria, donde participaron diversas universidades en colaboración con Conaf, donde se definieron distintas líneas de investigación y trabajaron eventuales candidatos de agentes de daño, entre ellos; hongos, insectos, bacterias, el clima, entre otros, ello a partir de una información o aviso que llegó a Conaf, que señalaba que en la Reserva Nacional Ralco, un sector de aproximadamente 4 hectáreas tenía hasta un 40% de mortalidad de sus araucarias y una intensidad de daño sobre el 70% afectando principalmente a plantas jóvenes y su regeneración.
“A partir de ello, Conaf viene realizando una prospección anual hasta la fecha, en distintos puntos o sectores cordilleranos de la Araucanía y de ellos, hemos encontrado que de 20 sectores aparentemente sanos 16 están con algún grado de afectación (con ramas secas)” señala el académico, Marcelo Reyes, agregando que los arboles completamente sanos, por lo general son aquellos que están en sectores elevados, donde hay mayor frío y permanencia de la nieve.
Más acción
Cómo aún no existe información sobre cuánto semilla da todos los años una Araucaria, cuánto rebrota, cuánto está sobreviviendo, sumado a otros factores como la sobreexplotación de su semilla, que es el piñón, el camino a su recuperación y protección es arduo, de ahí que cobran valor acciones como la impulsada por la Universidad de La Frontera, donde distintas voces y generaciones se alzaron a llamar a la protección de esta especie milenaria considerada sagrada por el pueblo mapuche.
Uno de ellos, fue Joaquín Nualar, Presidente del Club de Leones Temuco Antumalal, quien sostuvo que como organización tienen una causa global que es la defensa del medioambiente y “gracias a charlas recibidas desde la Universidad nos hemos informado de la problemática que vive la Araucaria e inmediatamente nos comprometimos”, mientras que Marcelo Díaz, estudiante de la carrera Ingeniería en Recursos Naturales de la UFRO y representante de la agrupación estudiantil “En Terreno”, señaló que “reforestar es una acción que va a trascender. Tal como nos han informado, una Araucaria puede vivir una media de 1.023 años, por lo que plantar hoy es una acción cuyos resultados los verán futuras generaciones”. En tanto, desde la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Medioambiente de la UFRO ya preparan un Seminario sobre la Araucaria, el que se llevará a cabo el próximo 17 de octubre, las nuevas competencias adquiridas.