El ministro de Relaciones Institucionales de Brasil, Alexandre Padilha, consideró que el expresidente Jair Bolsonaro “es responsable moral, espiritual y organizativo” de los ataques del 8 de enero, una acusación que está siendo investigada por la Policía Federal.
Citado por la misma Policía, el expresidente de Brasil llegó a la sede de la entidad para declarar por la asonada, cuando miles de simpatizantes de Bolsonaro invadieron las sedes de los tres poderes y destruyeron todo a su paso.
Bolsonaro, quien ingresó al edificio en un auto polarizado y sin dar declaraciones a la prensa, es investigado como presunto instigador y autor intelectual de los actos que intentaban tumbar al gobierno del presidente Lula da Silva.
Tras esa primera audiencia, el ex mandatario brasileño aseguró que publicó de manera accidental el video en el que cuestionaba la legitimidad de las elecciones presidenciales del 2022, según ha informado su abogado, que ha dejado entrever que además lo habría hecho cuando estaba bajo efectos de medicamentos.
“Este vídeo fue subido a la página de Facebook del presidente cuando intentaba enviarlo a su WhatsApp para verlo más tarde. Además, en ese momento, él estaba internado en un hospital de Orlando”, aseguró su abogado, Paulo Cunha Bueno, después de que Bolsonaro compareciera ante la Policía Federal cerca de dos horas.
“Fue por error. Tanto es así, que poco más tarde, dos o tres horas después, se le advirtió e inmediatamente se retiró”, insistió el abogado de un Bolsonaro, que es ya la segunda vez que declara ante la Policía desde que llegó de Estados Unidos, después de que lo hiciera por el caso de las joyas saudíes.
El líder derechista, quien gobernó entre 2019 y 2022, evitó todo contacto con los periodistas que aguardaban en la sede de la Policía Federal en Brasilia. Sin embargo, sus representantes legales dijeron que “explicó” la situación y negó haber alentado el golpe.
Fabio Wajngarten, exministro de Información y actual asesor de Bolsonaro, aseguró que el expresidente, quien el día de la asonada estaba en Estados Unidos, “repudió” ese mismo 8 de enero la invasión de una horda de bolsonaristas a las sedes de los tres poderes de la Nación, con la clara intención de derrocar al Gobierno de Lula.
También rechazó que Bolsonaro haya alentado el golpe con su negativa a reconocer públicamente el triunfo de Lula en los comicios de octubre pasado o que haya incitado a sus seguidores a protestar en forma violenta contra el proceso electoral.
“Con el fin de la elección, el presidente pasó la página, no articuló nada, se recluyó y viajó el 30 de diciembre a Estados Unidos”, aún en su condición de mandatario, y permaneció en ese país durante tres meses, afirmó Wajngarten. A su vez, dijo que Bolsonaro está dispuesto a presentarse nuevamente ante la Policía Federal.
El proceso tramita en la Corte Suprema y apunta a identificar a los “autores intelectuales” y a quienes financiaron los sucesos de enero.
Por el intento golpista fueron detenidas 2.151 personas, de las cuales unas 300 permanecen en prisión, en tanto que el resto responderá ante los tribunales en libertad.La Corte Suprema ya aceptó los cargos contra los primeros 100 acusados y esta misma semana analiza las acusaciones que han sido presentadas contra otros 200.
Bolsonaro, quien perdió los fueros el pasado 1 de enero con la investidura de Lula, responde ante la Justicia ordinaria en una decena de procesos, acusado de abusos de poder y económicos, entre otros cargos.También es investigado en otras causas que tramitan en el Supremo y en tribunales electorales.