INFORME TARIFARIO PARA PLEBISCITO CONSTITUCIONAL - 2023

Lun 4 Diciembre, 2023

19 años les dieron a 13 militares retirados por homicidio calificado de estudiantes en Angol

En la arista civil, el magistrado Álvaro Mesa condenó, con costas, al fisco a pagar como indemnización de perjuicios por concepto de daño moral, a familiares de la víctima Cotal Álvarez

NCA

Luego de poco más de 50 años de ocurridos los hechos, el ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los Derechos Humanos de las jurisdicciones Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Coyhaique, Álvaro Mesa Latorre, condenó a 13 militares en retiro que pertenecían, al momento de los hechos, al 3° Regimiento Húsares de Angol, por su responsabilidad en los delitos de homicidio calificado del estudiante universitario Ricardo Gustavo Rioseco Montoya y del estudiante secundario Luis Raúl Cotal Álvarez, ilícitos perpetrados en la comuna de Angol, el 4 de octubre de 1973 y considerados de lesa humanidad.

En el fallo el ministro Mesa condenó en calidad de autores al entonces teniente Germán Eduardo Ojeda Bennett; a los subtenientes Carlos Patricio Bunster Medina, Alejo César Tisi Gómez, Jorge Alberto Lagos Robles, Alessandro Ernesto Cartoni Pruzzo, Manuel Arturo Montero Souper, Eduardo Humberto Carrasco Hauenstein, y al cabo José Omar Correa Martínez a 19 años de presidio, en calidad de autores de los delitos. En tanto, el otrora soldado conscripto Luis Alejandro Toledo Osses deberá cumplir 15 años y un día de presidio.

El subteniente Gabriel Enrique Fuentes Campusano y el soldado conscripto José Liborio Lavín Leiva deberán purgar 13 años de presidio, en calidad de cómplices, mientras que el cabo 1° Mario Hernán Tapia Sepúlveda y el teniente Carlos Alberto Campusano Osorio deberán cumplir 5 años de presidio efectivo, por su responsabilidad como encubridores.

En la arista civil, el magistrado condenó, con costas, al fisco a pagar una indemnización de 300.000.000 de pesos por concepto de daño moral, a familiares de la víctima Cotal Álvarez

.Fusilados

En la sentencia, el ministro Mesa Latorre dio por acreditados los siguientes hechos: Que a raíz de los acontecimientos ocurridos desde el 11 de septiembre de 1973, fue llamado a colaborar con el nuevo régimen Carlos Horacio Guitart Olhagaray, capitán en situación de retiro del Ejército de Chile, quien hasta esa fecha se encontraba radicado en Bolivia, presentándose en el Regimiento Húsares de la comuna de Angol para apoyar la gestión de la Fiscalía Militar que funcionaba al interior de la unidad y que estaba a cargo del segundo comandante León Rivera González (fallecido). Que la noche del 4 de octubre de 1973 dos soldados conscriptos realizaban guardias en la denominada garita sur del Regimiento Húsares de Angol, ubicada cercana a las intersecciones de calle Los Confines con General Bonilla. Uno de ellos, Luis Alejandro Toledo Osses, mientras juntaba leña, escuchó un disparo de pistola en el exterior de la unidad y otros provenientes desde el interior de ella, movilizándose de forma inmediata contingente dentro y fuera del cuartel, ordenándoles en ese instante el cabo José Correa Martínez que se dirigiera fuera de él, específicamente a una bodega ubicada frente a la unidad militar.

A consecuencia de los disparos escuchados, un contingente del Regimiento salió de él, en forma separada y por distintos accesos, dirigiéndose hacia una bodega ubicada en calle Los Confines N°15, esto es, frente al puesto de guardia referido anteriormente, específicamente a una bodega que en la actualidad corresponde a una conocida venta de vehículos. Dicho lugar fue allanado conjuntamente con la casa habitación contigua, ambas de propiedad de Duberli Rodríguez Silva, no siendo habidas las personas que efectuaron los supuestos disparos contra la unidad militar. Al llegar al lugar el conscripto Luis Alejandro Toledo Osses pudo observar la presencia de un vehículo militar marca Toyota, otros soldados conscriptos, al mayor León Rivera González, a los subtenientes Carlos Bunster Medina y Alessandro Cartoni Pruzzo; el cabo José Correa Martínez, quien le había dado la orden de constituirse en esa bodega y el cabo Pedro Bitterlich Jaramillo (fallecido), que se encontraba de patrullaje en la población esa noche. Además, en aquel inmueble, propiedad de Duberli Rodríguez, observó a dos jóvenes de pie, sin ataduras, con su cara descubierta, sin armas a la vista, de poca edad y uno de ellos vestía camisa blanca.

Acto seguido, el mayor León Rivera González dio la orden de disparar contra los jóvenes, que en esos momentos estaban de pie junto a un paredón de ladrillos, acatando la orden del superior y ejecutando a los muchachos, momento en que uno de los jóvenes les gritó ‘cobardes’. Dicha orden de fusilamiento fue cumplida, entre otros, por el soldado conscripto Luis Alejandro Toledo Osses y el cabo José Omar Correa Martínez, quien le ordenó concurrir aquel lugar.

Además, varios oficiales, entre ellos el capitán Armando Staeding Schaffer; los subtenientes Carlos Bunster Medina, Alessandro Cartoni Pruzzo, Manuel Montero Souper; el cabo Pedro Bitterlich Jaramillo, que efectuaba patrullajes en la población, y otros conscriptos que lo acompañaron en esas funciones esa noche, presenciaron en el lugar la ejecución de esos muchachos.

Luego de lo anterior, los soldados conscriptos, entre ellos, José Liborio Lavín Leiva, ubicaron los cuerpos en sacos al interior de un vehículo militar, observando la camisa blanca ensangrentada de uno de los jóvenes y trasladaron los cadáveres hasta el puente La Arcadia, lanzándolos al cauce del río Malleco, perdiéndolos de vista en la oscuridad de la noche.

Días más tarde se dio aviso al Regimiento Húsares de Angol que los cuerpos de los jóvenes fueron vistos en el río, por lo que personal de esa unidad procedió a sacarlos de ese lugar, trasladándolos a diferentes puntos al interior del regimiento, viendo los cadáveres diferentes personas, entre ellos el capitán Carlos Horacio Guitart Olhagaray, que cooperaba en las labores de la Fiscalía Militar y Luis Fernando Montanares Morales, que en esos momentos se desempeñaba en trabajos al interior del cuartel. Esta última persona, fue testigo de cómo tres miembros de la unidad, entre ellos el cabo 1° Mario Hernán Tapia Sepúlveda, que se desempeñaba como tractorista, condujeron los cadáveres sobre un vehículo hasta un sector del regimiento, donde fueron enterrados, sin tener hasta la fecha la certeza del lugar exacto de aquella inhumación.Los jóvenes ejecutados fueron Ricardo Gustavo Rioseco Montoya, simpatizante de las Juventudes Comunistas, de 22 años, estudiante universitario y Luis Raúl Cotal Álvarez, de 14 años, sin militancia política, estudiante secundario, quienes fueron detenidos de forma separada por patrullas militares, el primero de ellos al interior del domicilio de su padre, ubicado en la actual calle José Luis Osorio N° 370 y el segundo en calle Artesanos, cuando se dirigía a su domicilio ubicado en dicha arteria con Pedro de Oña, proveniente de la casa de su abuela paterna, situada en Artesanos N° 190, no constando que hayan tenido alguna intervención en la ejecución del supuesto disparo efectuado al exterior del Regimiento Húsares de Angol ni tampoco encontrándose arma alguna en los respectivos registros.

La ejecución de los jóvenes Luis Raúl Cotal Álvarez y Ricardo Gustavo Rioseco Montoya, fue observada por una mujer, de 19 años de edad, quien al escuchar ruidos se acercó a la muralla colindante entre su domicilio y la bodega de Duberli Rodríguez y vio cuando los militares abrieron fuego contra los jóvenes Luis Raúl Cotal Álvarez y Ricardo Gustavo Rioseco Montoya, momento en que oyó cuando uno de ellos dijo ‘tío, soy yo, tu sobrino’. Incluso, al día siguiente, fue testigo de cómo el cabo Pedro Bitterlich Jaramillo se apersonó en cada una de las viviendas aledañas para preguntarles a los vecinos si habían escuchado o visto algo la noche anterior.

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