Nanette Andrade
En distintas comunidades de Angol, salieron el pasado jueves 2 mayo en hora de la noche, a celebrar la tradicional Cruz de Mayo, fiesta popular y religiosa de carácter comunitario en la que se pide por las cosechas, la salud, el bienestar de los vecinos, entre otros buenos deseos colectivos.
Al igual que como todos los años, el 3 de mayo, se celebra esta fiesta, por lo que varias parroquias de Angol como San Buenaventura y Cristo Rey, realizaron una procesión con la icónica cruz adornada por las calles aledañas de cada templo, mientras los participantes iban de puerta en puerta reuniendo víveres y alimentos diversos para ser entregados a los más necesitados.
Lo mismo se realizó en distintos sectores, donde los pobladores cantaban y solicitaban comestibles a los vecinos para luego repartirlos entre ellos o hacer una gran comida.
Tal y como lo reseña el sitio oficial del Museo Histórico Nacional, el origen de la Cruz de Mayo se remonta a la conquista española. “Como los misioneros desconocían la lengua de los nativos, carecían de imágenes y no tenían suficientes predicadores, hicieron uso de la cruz y elementos locales para difundir el mensaje cristiano.
La cruz era de fácil construcción y se ubicaba en un sitio visible para la comunidad a evangelizar: cerros, intersecciones de caminos u otros espacios concurridos. Allí se administraban los oficios religiosos. Cuando el sacerdote no estaba, un fiel, llamado fiscal, era el encargado de cuidar la imagen, realizar los sacramentos y rezar a sus pies los días festivos”.
Los misioneros fundaron hermandades encargadas de mantener el culto a la cruz y de homenajearla durante mayo. Los fiscales debían dirigir la procesión en busca de flores, limosnas y convocar a la gente para unirse al culto.
“Vestir la cruz” era la actividad con que se abría la celebración el 1 de mayo. Consistía en colocarle unos lienzos que llevaban en su centro un crucifijo y los elementos de la Pasión. El objetivo era expresar el sacrificio de Cristo para salvar a la humanidad.