Jesús Leonardo Núñez
En Lonquimay la crisis invernal abarca casi todos los contextos y afecta todas las realidades. Detrás del deslumbrante paisaje blanco que deja el actual periodo de nieve, hay calamidad y múltiples problemas.
De problemas sí saben en la Escuela Básica Cruzaco N° 250, ubicada en el sector del mismo nombre, desde donde la Sociedad de Padres reclama una urgente atención debido a todo lo que pudieron constatar desde el fin de las recientes vacaciones de invierno.
En una carta abierta que enviaron con especial deferencia al Ministerio de Educación, al Ministerio de Salud y a la Municipalidad de Lonquimay, el resultado de la inspección que realizaron se describe al detalle.
Son casi tres metros de nieve los que, al menos hasta el 26 de julio (día de la inspección), rebosan en el periodo de la edificación. Al derretirse la nieve los inconvenientes hídricos se multiplican, sobre todo por la inundación evidente en los distintos salones y ni hablar de los problemas sanitarios que deja la acumulación de agua.
Las estufas de pellet reventadas y sus cañones en el suelo, así como una edificación cada día más decadente, completan el cuadro lúgubre que espera a los niños al reinicio de clases el próximo primero de agosto, fecha escogida especialmente para la comuna, debido a las inclemencias climáticas.
Hace tres años, la Escuela Cruzaco se fundió en cenizas producto de un incendio, luego de lo cual se inició una etapa de insuficientes reparaciones, de ahí que la estructura no resista los embates de las temporadas, mucho menos de la nieve.
En la mencionada carta institucional, los padres aseguran haberse comunicado con el alcalde Nibaldo Alegría, cuya respuesta generó tristeza ya que les comunicó la imposibilidad de realizar un encuentro en la escuela, aparentemente, debido a sus muchos compromisos.
La opción que les ofreció la autoridad fue contactar a Guillermo Vásquez, director municipal de Educación, pero éste les aseguró que Cruzaco no es la única escuela con problemas en la comuna, lo que hace suponer que la situación de los planteles educativos en Lonquimay es grave y revela un total abandono.
Apoderados, alumnos y docentes quedaron como perro en autopista: viendo hacia todos lados y sin saber cómo continuar. El panorama parece desolador y para desahogarse, optaron por hacer pública esta denuncia a fin de generar alguna reacción tendente a dignificar la enseñanza local y a exponer semejante indiferencia, un caso de total vulneración de los derechos de educación.